En Docuten hemos apostado por la transformación tecnológica desde nuestros inicios y, esta vez, es a nosotros a quienes nos toca transformarnos.
Hace poco más de un año lanzábamos Docuten, nuestro producto de firma y facturación electrónica, un proyecto que, a nivel estético corporativo, mantenía la esencia de los dos anteriores: Signedoc y HazteUnaFacturaE.
Esta vez optamos por el cambio. Hemos decidido reinventarnos y apostar por una nueva imagen moderna, sencilla y personal.
El significado
Nuestro nuevo logo está formado por tres elementos: moneda, firma y factura.
Todos ellos forman un conjunto y concepto plenamente identificativo de Docuten que define el sector y el tipo de productos que comercializamos.
Además, con el cambio de logo hemos decidido realizar una renovación también en la paleta cromática corporativa. Dejamos atrás nuestra anterior gama de azules, pero mantenemos la esencia empleando un nuevo pantone, Havelock Blue, dinámico y elegante. Además, lo acompañamos de otro color para crear contraste, el Galliano, en este caso, más arriesgado, audaz y rompedor.
Para la renovación de nuestra imagen hemos contado con Desenlace, un taller de branding formado por tres hermanos que han creado esta nueva identidad. Basándose en la sencillez que nos caracteriza, todos estos cambios aportan ese carácter moderno y creativo que buscábamos, preservando siempre la esencia de la marca.
¿Por qué ahora?
¿Y por qué no?
El aumento de la plantilla, y además, los 10 años en el negocio con Enxendra. Es una etapa de cambios, y Docuten está experimentando una metamorfosis que no podríamos coronar de una forma mejor.
El principal objetivo de la empresa a medio plazo es la internacionalización de la marca, para la cual se orienta esta labor de renovación, que se completará con la transición a la marca Docuten, un modo de englobar de forma óptima todos los valores de marca.
Hace unos días celebrábamos un año de Docuten y 10 de Enxendra, y hoy celebramos una nueva era dentro de la empresa.
Los cambios siempre dan miedo, pero estancarse solo conlleva conformismo y dificulta la evolución.
Nuestro cambio de imagen es ese corte de pelo que nos hacemos cuando cerramos una etapa para abrir la puerta a algo mejor.